jueves, 10 de marzo de 2011

La divina equivocación

Y dio otro bocado. Y después otro más. Y otro... y así hasta que su estómago pedía clemencia sabedor de que si se introducía algo más en él, probablemente sería lo último que aceptase en su vida.

En ese momento, el joven levantó la mirada de la montaña de platos que se encontraba frente a él, y contempló con desolación como uno de sus hermanos fornicaba salvajemente con una bella súcubo que despellejaba su espalda con sus afiladas garras… “¿en qué estaría pensando para elegir la gula antes que la lujuria?” – pensó el chico mientras llevaba el tenedor a su boca una vez más.

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Primero fue "El primer antojo", después "La hora de la merienda" y con "La divina equivocación" completo la trinidad de relatos que se me ocurrieron con la frase inicial "Y dio otro bocado".

Como en el segundo relato de la saga, éste también lo utilicé en dos concursos: Relatos en Cadena y Pompas de Papel, y como ya supondréis, con poco éxito en ambos, jejeje.

¿Qué os parece el micro?

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